NOTICIA AMPLIADA:
Imprime este apartado

"ACOMPAÑÁNDONOS"


El dolor generado por los maltratadores desafortunadamente no recae únicamente en la mujer; dentro de la violencia de género, la conducta violenta del agresor a la mujer también es un riesgo para las criaturas. Muchísimos estudios prueban que los hijos e hijas, sean víctimas directas o indirectas, padecen enormes consecuencias negativas, tanto para su desarrollo físico como psicológico, tanto efectos a corto como a largo plazo, afectando a sus emociones, pensamientos, valores, comportamientos, rendimiento escolar y adaptación social.

Los niños y niñas no son víctimas sólo porque sean testigos de la violencia, sino porque "viven en la violencia". Son víctimas de la violencia psicológica, a veces también física, y crecen creyendo que la violencia es una pauta de relación normal entre adultos.

Al estar en fase de crecimiento y desarrollo madurativo, conforman su personalidad en función de la violencia y la toman como modelo, interiorizando los roles de maltratador o maltratada. Interiorizan patrones de comportamiento violentos y no discriminan lo que es adecuado o está bien, de lo que es injustificable.

Pueden manifestar conductas externas: agresivas, antisociales, desafiantes e internalizadas como la inhibición, el miedo, la baja autoestima, ansiedad, depresión, síntomas somáticos, etc.

Por todo lo expuesto, desde “La Rueda” consideramos necesario trabajar también con los y las menores que están sufriendo esta violencia así como con sus madres ofreciendo un servicio gratuito, con el fin de mejorar la situación personal de las mujeres y el bienestar físico, psicológico y emocional de las y los menores y prevenir futuros comportamientos de violencia.

Este proyecto se podrá llevar a cabo gracias a la financiación recibida de la Junta de Castilla y León.